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INTRODUCCIÓN
“La
imprenta es un ejército de soldados de plomo con el que se puede
conquistar el mundo”, decía ya Gutenberg, persuadido del valor transformador
que la difusión masiva daría a las ideas, a la información. Gutenberg
participaba del espíritu ‘globalizador’ en el que se proyectaría
el hallazgo de la geografía de la esfericidad terráquea -la ‘globalidad’
posible-, verificada en los viajes de descubierta del horizonte.
El nacimiento de la prensa, la conquista de la libertad de expresión,
la construcción del Estado de derecho y la democracia son expresiones
necesarias en el proceso que conduce a la sociedad de la información,
indisociables de la actual ‘espontaneidad’ tecnológica que, en ocasiones,
parece borrar las huellas del pensamiento, de la cultura en la que
se asienta.
En un escenario de profundas transformaciones, cuando la economía,
la cultura y la política se ven afectadas por la innovación tecnológica,
la prensa sigue siendo la referencia cotidiana del pensamiento,
el campo donde se proyecta el debate social y cultural, el hilo
conductor de la necesaria innovación social.
En la Unión Europea viven hoy más de 1.100 periódicos, que venden
cada día 80 millones de ejemplares, con una población lectora que
supera el 62 por ciento de la ciudadanía comunitaria. Estas cifras
soportan realidades nacionales distintas y consumos bien diferenciados.
En ellas se contemplan 18 millones de copias de diarios popular-sensacionalistas,
2,6 millones de periódicos de información deportiva, la fuerte difusión
de las cabeceras regionales y locales (42,6 millones de ejemplares)
y la menor dimensión, que no se compadece con su elevado peso específico,
de una prensa de referencia o influencia rectora que, con 14,3 millones
de copias, es leída por el 12 por ciento de la población de la UE.
Una realidad sólida, que parece haber superado las graves crisis
que asolaron el medio entre los años 60 y 80.
El ‘goodbye Gutenberg’, como augurio de la desaparición de la prensa,
que vendría a ser enterrada por la irrupción de nuevas extensiones
tecnológicas, no sólo no se ha verificado, sino que aquélla ha sabido
encontrar, precisamente en esas extensiones, nuevas formas de distribución
de lo escrito que alivian a Gutenberg de la pesada carga del plomo.
En soporte papel y en soporte electrónico, prensa significa estructura
informativa, mediación, construcción de la realidad, nutriente de
la sociedad civil. La prensa es un valor determinante de la cultura
de un país, de la salud de su opinión pública, y, en nuestra Europa,
una radiografía diaria de su historia, de su pensamiento, de sus
contradicciones, de sus miserias...
También, la expresión de la diversidad de las expectativas nacionales
y de un desigual desarrollo cultural. Hay, entre el norte y el sur,
una ‘brecha cultural’ que es anterior a la ‘brecha digital’ y marca
distancias que no se corresponden con la convergencia económica.
Hay percepciones y sensibilidades distintas –diferencias en la cultura
democrática- sobre la libertad de expresión y el derecho a la información,
sobre los valores éticos de la profesión periodística, sobre la
calidad y los aportes de los nutrientes diarios.
Este trabajo trata ahora de ofrecer una visión del medio a escala
europea, integranda valores de medición homologados, que permiten
un análisis comparado de las distintas realidades nacionales. Difusión,
volumen económico del sector, grupos empresariales, organizaciones
profesionales, códigos éticos, estrategias formativas, etc., contribuyen
al trazado de una panorámica general de la prensa diaria en las
quince naciones de la UE. Es de esperar, ya que ese es el objetivo
último de esta iniciativa, que esta página web contribuya a un mejor
conocimiento del medio y, consiguientemente, a la armonización del
imaginario colectivo de la ‘casa común’, a la convergencia de la
sociedad civil europea.
Bernardo Díaz Nosty
Director del proyecto
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